martes, 24 de abril de 2012

MAPOMA 2012

Esto empieza a convertirse en vicio.


Una lesión en la Fascia plantar me ha hecho plantearme esta carrera durante dos meses de otra manera. No he podido entrenar como es debido durante ese tiempo, alternando al principio la cinta de correr con la bicicleta, algún día no podía casi ni andar por el dolor del pie y no daba ni un duro por mí en esta Maratón, pero gracias al fisioterapeuta que me ha atendido (mil gracias Víctor), he podido culminar esta carrera con un éxito mayor que el que me esperaba. Algo más de dos meses de sesiones intensivas en los que Víctor me permitía correr algunos Km a ritmo tranquilo, él, es corredor y sabe que iba a sufrir más sin correr que corriendo aun con dolor, con lo que, siguiendo casi a rajatabla sus indicaciones, la mejoría en las dos últimas semanas ha sido significativa, hasta el punto de no tener ningún tipo de molestia ni dolor. Aunque entre medias ha habido días duros, de hasta dos sesiones en una semana en las que charlábamnos sobre todo de entrenos, de tiempos, de carreras, en fin, un gusto que te trate una persona que tiene tu misma afición....


MAPOMA:




El día 22, a las 7:00 de la mañana, en pie para desayunar unos cereales y una tostada con tomate. No me fío mucho de este desayuno, mientras lo tomo pienso, -¿me sentará bien?, sobre todo de cara a los 15 últimos Km en los que las tripas empiezan a hacer de las suyas, la sangre está en la parte inferior del cuerpo, haciéndola trabajar más de la cuenta.... Ya veremos.


El ritual de vestirse debe de ser muy parecido al de los toreros, solo que en versión light, pero no hay que olvidar nada ¿verdad Gonzalo?, esparadrapo en las tetillas, vaselina en las zonas de rozamiento, entrepierna, axilas, dedos de los pies....., cinta para el pecho, gorra, gafas, gel, algo de dinero suelto y unos cleenex por si las moscas, camiseta con el dorsal ya puesto, que los nervios de última hora no te dejan atinar con los imperdibles, pantalón, calcetines y zapas..... No estrenamos nada, ya sabéis, ni para salir guapo en la maratón....


A las 7:30 ya está la familia dispuesta para salir..... Sólo puedo darles las gracias por el esfuerzo que hacen por mí..... van a verme 4 segundos escasos en la calle Fuencarral y en la meta... aunque esta vez hay sorpresa ;-).


Salimos de casa y al llegar a Madrid nos encontramos con un pequeño contratiempo, han cortado la calle Alcalá con lo que nos toca meternos por Menéndez Pelayo. Y ahí me quedo. Me entero luego que, a Nuria le tocará estar buscando sitio con el coche casi una hora y media....eso si que es agotador y no la maratón.....


Me bajo echando una carrerita de calentamiento hasta el Ayuntamiento donde hemos quedado el grupo de gacelas para hecernos la foto. A las 8 en punto llego y parte de la manada se encuentra allí reunida, nos saludamos y vamos comentando las jugadas que vamos a hacer, tiempos previstos, en fin.... poco a poco el grupo se va haciendo más grande. Charlamos sobre carreras pasadas, relojes, geles....




Josu, Luis y yo tenemos pensado llevar el mismo ritmo, Mikel el hijo de Josu nos va a acompañar unos Km al salir y luego nos esperará en el Km 35 para terminar con nosotros.

Nos acercamos a los cajones (este año corrales) de salida y nos colocamos en el segundo. Salir adelantado en estas carreras es fundamental para no perder mucho tiempo en esquivar a los corredores más lentos.

A las 9 en punto dan la salida y allá vamos, tenemos por delante 42km 195 metros llenos de ilusión y esperanza. 

Comenzamos la carrera con un ritmo muy bueno, por debajo de lo previsto, pero siempre siendo cautos, ya sabemos como es Madrid y qué nos depara, hace una temperatura ideal y la subida por la Castellana no se hace pesada, aquí vamos mezclados con los que hacen 10 km y en el Santiago Bernabéu nos despedimos de ellos, poco antes Mikel se ha separado de nosotros para coger el metro y esperarnos en el punto previsto.
Los tres llevamos un paso firme rodando a 4´50 de media, mejor que el año pasado. Josu comenta que va algo alto de pulsaciones, en fin, habrá que esperar a que el cuerpo se caliente y a ver si baja un poco y se estabiliza. 
La carrera transcurre con normalidad, la temperatura va subiendo pero sigue siendo buena, firmaría porque todas las maratones que corra sean con este tiempo....Comenzamos el descenso por Príncipe de Vergara, ya llevamos casi 10 km y el ritmo está cogido. Aprovechamos las bajadas para ganar unos segundos y porque sabemos que al final estos segundos, todos juntos, son oro.
Cuando llegamos a la Calle Joaquín Costa, la vista es espectacular, ver el río de corredores en una recta de algo más de un km en la calle por la que pasas a diario y que está llena de coches, pone los pelos de punta. Este día es el día del corredor, el coche pasa a un segundo plano, no tiene preferencia sobre nosotros y eso hay que disfrutarlo.
Continuamos con los Km, la verdad es que van entrando casi sin sentirlos, uno, otro, otro... y nos adentramos en la zona centro, por Fuencarral, aquí viene mi gel particular, voy a ver a los míos al final de la calle, esquina con Gran Vía. Efectivamente unos metros antes del avituallamiento, está mi familia con un cartel que me han hecho, seguro que con mucha ilusión, y que dice "¡VAMOS PAPA! CAMPEON" con letras negras, grandotas, para verlo en condiciones, con una banderita de la comunidad de Madrid y una medalla dibujadas por el peque... Me paro sin dudarlo a darles un beso, no me importa perder unos segundos ahí, ellos han perdido horas por mí. Además un poco antes, un corredor a la altura de los Nuevos Ministerios me hizo reflexionar. Su familia, al igual que la mía, con toda la ilusión del mundo, le esperaba para darle una botellita de bebida isotónica y otra de agua, al irla a coger parece que se equivocó y cogió la de agua en lugar de la otra y de muy mala leche se dió la vuelta y gritó ¡¡¡joder!!! para cambiar la botella. No me sentó nada bien la reacción que tuvo y le grité que solo iba a perder dos segundos que no era para tanto. Las familias se tiran horas esperando para vernos pasar, ese instante dura no más de 4 segundos y se desvanece....

Entramos en Gran Vía, otra estampa para recordar, ahora viene la zona bonita, Preciados, Sol, Calle Mayor, Bailén, este año por arriba.... Y todo este recorrido amenizado cada pocos Km por grupos de rock que, la verdad sea dicha, esos instantes que les escuchábamos, a mí personalmente me daban alas..... 
Calle Ferraz, hacemos los 21Km en un tiempo bueno y nos acercamos a la segunda media, la peor, nos toca una gran bajada y llanear un rato antes de entrar a la famosa CDC (Casa de Campo), lugar de entreno de muchos maratonianos, aquí se decide todo. Este parque es solitario, aunque el día es bueno y apacible y hay más gente que el año pasado, pero es la zona en la que menos afición hay, por otro lado comprensible debido a la lejanía. Creo que el muro psicológico está aquí dentro, son 7 kilómetros que, a mi modo de ver, deciden cómo vas a terminar la carrera. 


Al llegar al 31 Josu nos abandona, se le están empezando a montar los gemelos y decide parar para estirar y recuperarse, ya no le veré... En el momento en el que escribo esto acabo de hablar con él por teléfono, está dolorido pero con la moral más que alta, ya hemos hablado de Valencia, no se rinde nunca....Ya sabéis lo que me jode abandonar a mi mentor en la carrera, pero hay que seguir, así que Luis y yo le seguimos dando, vamos con fuerza y nos proponemos pisarle un poco al llegar al Vicente Calderón (allí grita mi nombre Juanjo, un compañero de instituto y de trabajo, su saludo me da ánimos), y así hacemos unos kilómetros a 4´45´´, pero se nota que ya llevamos distancia y que viene lo peor.

Nos separamos poco a poco y volvernos a juntarnos, llega el Paseo de las Acacias, la Ronda de Valencia, todo cuesta arriba prácticamente, y en Atocha ya sé lo que toca, apretar los dientes y subir Alfonso XII, quizás lo peor de toda la carrera, es desmoralizante ver cómo los corredores paran para subir andando, aquí es cuando hay que tener la cabeza en su sitio y pensar, -no he venido a andar, he venido a correr, y yo tengo un lema y es que, si paro, esa carrera no cuenta, (vale parar para desahogar el cuerpo, ya sabéis), parar porque estás cansado.... NO. Con lo que, mirando el reloj y echando cuentas veo que voy muy bien de tiempo, si no bajo el ritmo acabaré mejor que el año pasado y sé que mi mujer y mis hijos están a pocos minutos esperando para entrar triunfantes en meta, este año sí, y eso me da fuerza.
La entrada al Retiro es indescriptible, sólo hay aplausos y gritos para tí, y a pesar de estar jodido de los pies, (una uña me llevaba dando guerra unos kilómetros y un par de ampollas más todavía, del movimiento de tripas ni hablo) saco fuerzas y piso el acelerador, me arrimo a la izquierda y empiezo a escudriñar el horizonte, la verdad es que las emociones empiezan a aflorar y pienso -¿y si no les veo este año tampoco?, las lágrimas empiezan a saltárseme pensando que este año tampoco les veo, pero no es así.... Ahora sí lloro, casi sin consuelo, al ver a Iván y David saludándome a este lado de la valla, ellos también me han visto, ahí están los tres... Nuria irá por fuera y nosotros tres, de la mano, correremos los últimos 400 metros, lleno de ilusión y con una imagen soñada una y mil veces durante entrenos, tiradas largas, noches previas a las carreras..... -¡¡¡¡Lo conseguimos!!!!, pasamos por el arco de meta con un tiempo mejor que el del año pasado, mi reloj marca 3 horas 26 minutos, quizá sea algo más, pero me da igual, no daba un duro por esta carrera y he entrado con mis retoños......Estoy tan contento que casi sin darme cuenta me veo con tres medallas en la mano, una la mía que la comparto con Nuria y otras dos para los peques.







GRACIAS, una vez más, por soportarme, por estar sin mí tantas horas a la semana, por comprenderme......













miércoles, 18 de abril de 2012

Haciendo de Liebre

Gracias a mi compi Santos, el domingo pude hacer de liebre en la primera carrera del síndrome de Sanfilippo, en Las Tablas.





Fue una carrera corta de 10km y, en la cual estaba muy ilusionado, nunca había hecho de globo y fue una motivación para mí.


Marqué el tiempo de 45´con sensaciones muy raras, el día de antes había estado con el estomago tocado y eso pasó factura en la carrera, sobre todo en el par de repechos que hubo que subir, el viento y el globo no fueron tampoco grandes aliados. Pero logré superar la prueba llegando a meta en 44´33´´, con lo que estoy contento con el resultado.





Agradecer a Santos y a la organización que me permitieran pasar por esta nueva experiencia.